Obra propia
2011
Building Skins

Mies van der Rohe solía decir que Dios está en los detalles. Mies era un hombre de presencia y frases rotundas, de la que, quizás, su Menos es más sea la más conocida. Aunque el arquitecto americano Robert Venturi, con toda malicia, soliera contestarle que menos, la mayoría de las veces, suele ser simplemente menos. Y no se equivocaba… Apurando el primer aforismo mencionado nos atreveríamos a decir que, muchas veces, es el detalle el que acaba dándonos la solución, no ya constructiva del proyecto, sino formal de conjunto. Porque el trabajo del arquitecto no va de dentro hacia afuera como quien moldea arcilla, ni de afuera hacia adentro, como quien esculpe piedra: el trabajo del arquitecto va en las dos direcciones, de la gran escala a la pequeña y al revés. Porque si el detalle fuera la explicación de cómo resolver los problemas constructivos que se presentan hablaríamos, simplemente, de construcción y, sin embargo, estos dos libros hermanos que aquí presentamos hablan de Arquitectura. Hay que usar el violín para tocar música, no aprender a leer música para poder tocar el violín… La arquitectura nunca es cuestión de distribución, sino de concepto. No me canso de repetirlo. Bacía, yelmo, halo, ese es el orden, Sancho.

La piel de un edificio es lo que vemos que nos habla de lo que no vemos. Como la cara, espejo del alma. Malo cuando interior y exterior no se adecuan y no concuerdan; cuando se anuncia lo que después no encontraremos, al atravesar el umbral. Por eso nunca he entendido esa diferencia entre arquitectura de interiores y de exteriores, porque ambas son caras de una misma moneda. Sin embargo, justo es reconocer que la piel es lo que nos hace atractivos, un cuerpo o un edificio. Aunque un edificio necesite de estructura, instalaciones, transporte vertical, acabados interiores, como un cuerpo necesita, a su vez, de huesos, vísceras y flujo sanguíneo (y hacer de tripas corazón). Todos los órganos son importantes, todos son imprescindibles… basta una mala digestión para producirnos dolor de cabeza y que nos sintamos mal, como es suficiente que un pilar colapse para que colapse una estructura. Pero nada de todo esto es lo realmente importante. Lo importante es aquello que no se ve, lo importante es el misterio (Einstein decía que en el misterio estaba la clave de la ciencia y el arte verdaderos). En bilingüe español / inglés

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