Clínica ARESA

Una oportunidad que no se aprovecha es una oportunidad perdida.

Tras realizar su sede en Barcelona, MM nos encargó incorporarnos al equipo de técnicos que llevaba 6 años trabajando en el proyecto. El edificio estaba catalogado, a pesar de que no tiene ningún valor en si mismo. La fácil hubiera sido haberse adaptado a la licencia concedida pero cuesta demasiado esfuerzo todo y los edificios duran demasiado, como para no dejar pasar la ocasión de intentar hacer algo interesante, en vez de lo anodino de apostar por el mimetismo. Una ocasión desaprovechada es una ocasión perdida (“una vez es sólo una vez”, dirá Kundera).

Que una mejor distribución permita mejores condiciones de trabajo y a veces, incluso, ganar salas de consulta, respecto del programa impuesto, es evidente. Pero el caballo de batalla fue esa doble piel que, a modo de lamas forrará la remonta y dialogará con las nuevas cajas en las que se convierten las antiguas ventanas, para que la remonta no parezca, como tantas otras, un helado de dos gustos y detrás de la cual están, a su manera, otros tantos proyectos de Ben van Berkel a Steven Holl, de Tuñón y Mansilla a Enric Miralles, animándonos a seguir, luchando.